Por Las Obras

"Y que los tengáis en gran estima y amor por causa de su obra." ­ Paulo. (I TESALONICENSES, 5:13.)

Este pasaje de Paulo, en la Primera Epístola a los Tesalonicenses, es singularmente expresiva para nuestra lucha cotidiana.

Todos experimentamos la tendencia de consagrar la mayor estima apenas a aquellos que vean la vida por la cartilla de nuestros puntos de vista. Nuestra devoción es siempre caluroso para cuantos nos desposen los modos de ver, los hábitos enraizados y los principios sociales; todavía, no siempre nuestras interpretaciones son las mejores, nuestras costumbres las más nobles y nuestras directrices las más elogiables.

De ahí procede el impositivo de desintegración de la concha de nuestro egoísmo para nosotros dedicar la amistad y respeto a los compañeros, no por el servicio afectivo con que se liguen a nuestro itinerario personal, más si por la fidelidad con que se dirigen a favor del bien común.

Si amamos alguien tan solo por la belleza física, es probable encontremos mañana el objeto de nuestra afecto camino del estercolero.

Si estimamos en algún amigo apenas la oratoria brillante, es posible este el en aflictiva mudez, dentro de poco.

Si nos consagramos a determinada criatura solo porque nos obedezca ciegamente, es probable estemos provocando la caída de otros en los mismos errores en que hemos incidido tantas veces.

Es imprescindible perfeccionar nuestro modo de ver y de sentir, a fin de que avancemos en le rumbo de la vida superior.

Busquemos a las criaturas, por encima de todo, por las obras con que benefician el tiempo y el espacio en que nos movemos, porque, un día, comprenderemos que el mejor raramente es aquel que concuerda con el Señor, colaborando con el, en la mejoría de la vida, dentro y fuera de nosotros.

XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 24.