Alguna Cosa

"No necesitan de medico los que están sanos, má s si los que están enfermos." ­ Je sús. (LUCAS, 5:31.)

Quien sabe leer, no se olvida de amparar al que aun no se alfabetizó.

Quien dispone de palabra esclarecida, ayuda al compañero, enseñándole la ciencia en la frase correcta y expresiva.

Quien disfruta del equilibrio orgánico no desprecia la posibilidad de auxiliar al enfermo.

Quien consiguió ascender alguna luz en la fe en el propio espíritu, soporta con paciencia el infeliz que aun no se abrió la mínima noción de responsabilidad delante del Señor, auxiliándolo a deshacerse de las tinieblas.

Quien posee recursos para trabajar, no olvida al hermano menos ajustado al servicio, conduciéndolo siempre que es posible, a la actividad digna.

Quien estima la practica de la caridad, se compadece de las almas endurecidas, beneficiándolas con las vibraciones de la oración.

Quien ya está atesorando la humildad no se aparta del orgulloso, confiriéndole, con el ejemplo, los elementos indispensables para el reajuste.

Quien sea depositario de la bondad no niegue la asistencia a los malos, una vez que la maldad resulta invariablemente en la revuelta o en la ignorancia.

Quien estuviera en compañía de paz, ayude a los desesperados.

Quien aguarde la alegría, divida la gracia de la alegría con los tristes.

Aseveró el Señor que los sanos no precisan de medico, más, si, los enfermos.

Acuérdate de los que transitan en el mundo entre dificultades mayores que las tuyas.

La vida no reclama tu sacrificio integral, a favor de los otros, más, el beneficio de ti mismo, no desciende hacer alguna cosa en la extensión de la felicidad común.

XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 28.