Progreso

"Si alguien dice: - yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pue s quien no ama a su hermano, al cual vio, ¿como puede amar a Dios, a quien no vio?" ­ (I Juan. 4:20.)

La vida es un proceso de crecimiento del alma al encuentro de la Grandeza Divina.

Aprovecha las luchas y dificultades de la senda para la expansión de ti mismo, dilatando tu círculo de relaciones y de acción.

Aprendamos para esclarecer.

Enderecémonos para ayudar.

Engrandezcámonos para proteger.

Eduquémonos para servir.

Con el acto de hacer y dar alguna cosa, el alma se extiende siempre más allá...

Guardando la bendición recibida para si misma solamente, el espíritu, muchas veces, apenas se adorna, más, esparciendo la riqueza de que es portador, crece constantemente.

En la prestación del servicio a los semejantes, se incorpora, naturalmente, al coro de las alegrías que provoca.

En la enseñanza al aprendiz, se liga a los beneficios de la lección.

En la creación de las buenas obras, en el trabajo, en la virtud o en el arte, vive en el progreso, en la santificación o en la belleza con la que la experiencia individual y colectiva se alarga y perfecciona.

En la distribución de pensamientos sanos y elevados, se convierte en fuente viva de gracia y alegría para todos.

En el concurso espontáneo, dentro del ministerio del bien, se une a la prosperidad común.

Da, pues, de ti mismo, de tus fuerzas y recursos, haciendo sin cesar, en la institución de valores nuevos, auxiliando a los otros, a beneficio de ti mismo.

El mundo es camino vasto de evolución y mejoramiento, donde transitan, a tu lado, la ignorancia y la flaqueza.

Aprovecha la gloriosa oportunidad de expansión que la esfera física te confiere y ayuda a quien pasa, sin pensar en el pagamiento de cualquier naturaleza.

El prójimo es nuestro puente de ligación con Dios.

Si buscas al Padre, ayuda a tu hermano, amparándoos recíprocamente, porque, según la palabra iluminada del evangelista, "si alguien dice: - yo amo a Dios, y aborrece al compañero con quien convive, ¿Cómo puede amar a Dios, a quien aun no conoce?

XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 71.