Guardemos Lealtad

"Más allá de eso, se requiere en el despensero que cada uno sea halle fiel." ­ Pablo. (I CORINTIOS, 4:2.)

Vivamos cada día haciéndolo mejor a nuestro alcance.

Si administras, se justo en la distribución del trabajo.

Si legislas, se fiel al bien de todos.

Si difundes los dones de la fe, no te descuides de las almas que te rodean.

Si enseñas, se claro en la lección.

Si te consagras al arte, no corrompas la inspiración divina.

Si curas, no menosprecies al enfermo.

Si construyes, atiende a la seguridad.

Si aras el suelo, hazlo con alegría.

Si cooperas en la limpieza pública, abraza en la higiene tu sacerdocio.

Si edificaste un hogar, sublímalo parra las bendiciones de amor y luz, aun mismo que eso te cueste aflicción y sacrificio.

No te inquietes por los cambios inesperados ni te impresiones la victoria presente de aquellos que cuidan de múltiples intereses, con excepción de los que les dicen respeto.

Recuerda la Mirada Vigilante de la Divina Providencia que nos observa todos los pasos.

Acuérdate de que vives, donde te encuentras, por iniciativa del Poder Mayor que nos supervisión los destinos y guardemos lealtad a las obligaciones que nos cercan. Y, haciendo incesantemente en la extensión del bien, en el campo de la lucha que la vida nos confía, esperemos por nuevas decisiones de la Ley a nuestro respecto, porque la propia Ley nos elevara de plano y nos sublimará las actividades en el momento oportuno.

XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 115.