Entendámonos

"Más sobre todo, tened ardiente caridad unos para con los otros." ­ Pedro. (I CORINTIOS, 4:8.)

No existen tareas mayores o menores. Todas son importantes en significación.

Un hombre será respetado por las leyes que implanta, otro será admirado por los hechos que realiza. Más el legislador y el héroe no alcanzaran la evidencia en que se destacan, sin el trabajo humilde del labrador que siembra el campo y sin el esfuerzo apagado del barrendero que contribuye para la higienes de la vía pública.

No te aísles, pues, en el orgullo con que te consideras superior a los demás.

La comunidad es un conjunto de servicios, generando la riqueza de la experiencia. Y no podemos olvidar que la armonía de esa maquina viva depende de nosotros.

Cuando podamos distribuir el estimulo de nuestro entendimiento y de nuestra colaboración con todos, respetando la importancia de nuestro trabajo y la excelencia del servicio de los otros, se renovará la cara de la Tierra, rumbo a la felicidad perfecta.

Por eso, sin embargo, es necesario nos aficionemos a la asistencia reciproca, con ardiente amor fraterno...

Amemos nuestra posición en el orden social, por más insignificante o rudimentaria, prestando al bien, al progreso y a la educación de nuestras mejores fuerzas.

Seremos comprendidos en la medida de nuestra comprensión.

Veamos en nuestro prójimo el esfuerzo que desprende, y el prójimo nos identificara las tareas a las que nos dedicamos.

Extendamos nuestros brazos a los seres que nos rodean y ellos nos responderán con lo mejor que poseen.

El capital más precioso de la vida es el de la buena voluntad. Pongámoslo en movimiento y nuestra existencia estará enriquecida de bendición y alegría, hoy y siempre, donde estuviéramos.

XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 122.