En La Esfera Íntima

"Cada uno administra a los otros el don como lo recibió, como buenos di spensadore s de la multiforme gracia de Dios." ­ Pedro. (PEDRO, 4:10.)

La vida es maquina de la cual todos los seres son piezas importantes, y la cooperación es el factor esencial en la producción de la armonía y del bien para todos.

Nada existe sin significación.

Nadie es inútil.

Cada criatura recibió determinado talento de la Providencia Divina para servir en el mundo y para recibir del mundo el salario de la elevación.

Viejo o mozo, con salud del cuerpo o sin ella, recuerda que es necesario poner en movimiento el don que recibimos del Señor, para avanzar en la dirección de la Gran Luz.

Nadie es tan pobre que nada pueda dar de si mismo.

El propio paralítico, atado al catre de la enfermedad, puede favorecer a los otros con la paciencia y la calma, en forma de paz y resignación.

No olvidéis, pues, el trabajo que el Cielo te confirió y alienta la preocupación de interferir en la tarea del prójimo, a pretexto de ayudar.

Quien cumple el deber que le es propio, hace naturalmente el beneficio del equilibrio general.

Muchas veces, asegurando hacer más correctamente que los otros el servicio que les compete, no somos sino agentes de desarmonía y perturbación.

Donde estuviéramos, atendamos con diligencia y nobleza a la misión que la vida nos ofrece.

Acuérdate de que las horas son las mismas para todos y de que el tiempo es nuestro silencioso e inflexible juzgador.

Ayer, hoy y mañana son tres fases del único camino.

Todo día es una ocasión de sembrar y recoger.

Observemos, así, la tarea que nos cabe y recordemos la palabra de Cristo:

- "Cada uno administre a los otros el don como lo recibió, como buenos dispensadores de la multiforme gracia de Dios", para que la gracia de Dios nos enriquezca con nuevas gracias.

XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 130.