Despierta Y Ayuda

"Sígueme y deja a los muertos al cuidado enterrar a sus muertos." ­ Jesús. (MATEO, 8:22)

Jesús no recomendó al aprendiz dejase" a los cadáveres al cuidado de enterrar a los cadáveres, y si confirió "a los muertos el cuidado de enterrar a sus muertos".

Hay, en verdad, gran diferencia.

El cadáver es carne sin vida, en cuanto que un muerto es alguien que se ausenta de la vida.

Hay mucha gente que deambula en las sombras de la muerte sin morir.

Tránsfugas de la evolución, se cierran entre las paredes de la propia mente, cristalizados en el egoísmo o en la vanidad, negándose a la experiencia común.

Sumergiéndose en sepulcros de oro, de vicio, de amargura e ilusión. Son victimas por la tentación de la riqueza, moran en túmulos de cifras; son derrotados por los hábitos perniciosos, se prenden a grades sombras; si postrados por el desaliento, duermen en el lamento de la bancarrota moral, y, si atormentados por las mentiras con que envuelven a si mismos, residen bajo las lapidas, difícilmente permeables, de los engaños fatales.

Aprende a participar de la lucha colectiva.

Sal, cada día, de ti mismo, y busca sentir el dolor del vecino, la necesidad el prójimo, las angustias de tu hermano y ayuda cuanto puedas.

No te reanimes en la esfera del propio "yo".

Despierta y vive con todos, por todos y para todos, porque nadie respira tan solamente para si.

En cualquier parte del Universo, somos usufructuarios del esfuerzo y del sacrificio de millones de existencias.

Cedamos algo de nosotros mismos, a favor de los otros, por lo mucho que los otros hacen por nosotros.

Recordemos, de ese modo, la enseñanza de Cristo.

Si encuentras algún cadáver, dale la bendición de la sepultura, en relación de tus obras de caridad, más, en tratándose de jornada espiritual, deja siempre "a los muertos al cuidado de enterrar a sus muertos".

XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 143.