En Presencia Del Amor

"Aquel que ama a su hermano está en la luz y en el no hay escándalo." ­ Juan. (I JUAN, 2:10.)

Quien ama al prójimo sabe, por encima de todo, comprender. Y quien comprende sabe liberar los ojos y los oídos del venenoso anzuelo del escándalo, a fin de ayudar, en vez de acusar o deshacer.

Es necesario elevar el corazón bajo la luz de la verdadera fraternidad, para reconocer que somos hermanos uno de los otros, hijos de un solo Padre.

En cuanto nos demoramos en la oscura fase del apego exclusivo a nosotros mismos, nos encarcelamos en el egoísmo y exigimos que los otros nos amen. En ese paso infeliz, no sabemos querer sino a nosotros mismos, tomando a los semejantes por instrumentos de nuestra satisfacción.

Más realmente cuando amamos al compañero del camino, el paisaje de vida se modifica, una vez que la claridad del amor nos inunda la visión.

Ama, pues, y Ali como la llama jamás ofende la luz, la ofensa no más te alcanzará.

Sabrás que la miseria es fruto de la ignorancia y auxiliaras a la victima del mal, encontrando en ella al propio hermano necesitado de apoyo y entendimiento.

Aprenderás a oír sin enojarte, aunque el crimen te procure los oídos, y cultivarás la ayuda al adversario, aun mismo cuando te veas dilacerado, porque el perdón con el olvido absoluto de los golpes recibidos surgirá espontáneo en tu espíritu, así como la tolerancia aparece natural en la fuente que acoge en el propio seno las piedras que le tiran.

Ama y comprenderás.

Comprende y servirás siempre más cada día, porque entonces permanecerás bajo la gloria de la luz, inaccesible a cualquier incursión de las tinieblas.

XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 159.