Busquemos La Eternidad

"... Aunque el hombre exteriormente se corrompa, el interior, con todo, se renueva día a día." ­ Pablo. (II CORINTIOS, 4:16.)

No te dejes abatir, ante las alteraciones del equipamiento físico.

Busquemos la Eternidad.

Molestias no alcanzan al alma, cuando no se afilian los remordimientos de la conciencia.

La vejez no alcanza al espíritu, cuando procuramos vivir según la luz de la inmortalidad.

Juventud no es un estado de la carne.

Hay mozos que transitan en el mundo, trayendo el corazón repleto de pavorosas ruinas.

Acordémonos de que el hombre interior se renueva siempre. La lucha lo enriquece de experiencia, el dolor le primorea las emociones y el sacrificio le templa el carácter.

El espíritu encarnado sufre constantes transformaciones por fuera, con el fin de acrisolarse y engrandecerse por dentro.

Recuerda que la estancia en la Tierra es simple jornada espiritual.

Así como el viajante usa sandalias, gastándolas por el camino, nuestra alma se apropia de las formas, utilizándolas en la marcha ascensional para la Gran Luz.

Abre, pues, el receptor de tu corazón a la onda sublime de los más nobles ideales y de los más bellos pensamientos y aprendamos a vivir lejos de la hormiga del desanimo, y nuestro espíritu, aun mismo en las más avanzadas pruebas de la enfermedad o de la salud, será como sol radiante, exteriorizándose en cánticos de trabajo y alegría, expulsando la sombra y la amargura, donde estuviéremos.

XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 169.