Fiestas

Todos los motivos para fiestas dignas son respetables, pero, la caridad es la más elevada de todas las razones para cualquier fiesta digna.

Nadie hay que no pueda pagar pequeña parcela para la realización de esta o de aquella empresa festiva, destinada a la sustentación de las buenas obras.

Siempre que sea posible, más allá de su cuota de participación en un acto festivo, son fines asistenciales, es importante que usted coopere en la venta de, por lo menos, cinco billetes, en el campo de sus amigos, a beneficio de la empresa.

Aunque no puede comparecer a una fiesta de caridad, no deje de dar su contribución.

Festejar dignamente, en torno de la fraternidad humana, para ayudar el prójimo, es una de las más bellas formas de auxilio.

Si usted no baila, no es aconsejable su comparecencia a un baile.

En los encuentros deportivos, es mejor quedare lejos si usted aún no sabe perder.

Si usted tiene dones artísticos, cuanto pudiere, colabore, gratuitamente, en el trabajo que se efectúe en auxilio al prójimo.

En las fiestas de cumpleaños, nunca pregunta cuantos años tiene el que cumple aniversario, ni procure la significación de las velas colocadas en la tonta tradicional.

Conduzca la empresa festiva, bajo su responsabilidad, hacia el mejor provecho, en materia de educación y solidaridad que siempre se puede extraer de la convivencia social.

Aprendamos a no criticar la alegría de los otros.

XAVIER, Francisco Cândido. Senal Verde. Por el Espíritu André Luiz. Federación Espírita Española. Capitulo 43.