Visitas Fraternas
Visitar es un acto de fraternidad, del cual no conviene abusar con robo de tiempo o comentario inconveniente.
Siempre que sea posible, la visita será marcada con antecedencia, a fin de que no se sacrifique a aquellos que la reciben.
La persona que visita a otra, por el placer de la amistad o de la cortesía, no necesitará, para eso, de tiempo más allá de quince minutos, competiendo a los anfitriones prolongar ese tiempo, insistiendo para que el visitante o los visitantes no se retiren.
Entre los que se encuentran de nuevo, habrá espontáneamente bastante consideración para que no sobrevengan recuerdos desagradables, de parte a parte.
Nunca abusar del amigo que visita, solicitándole servicio profesional fuera de lugar o de tiempo, como quien organiza emboscada afectiva.
No aprovecharse de los minutos de gentileza en el trato social, para formular consejos que no fueron pedidos.
Se debe callar impresiones de viaje o dato autobiográficos, siempre que no sean solicitados por los circunstantes.
Evitar críticas, cualesquiera que sean.
Silenciar preguntas capaces de constreñir a los anfitriones.
Nunca mirar hacia los lados, como quien procura motivos para censura o maledicencia.
XAVIER, Francisco Cândido. Senal Verde. Por el Espíritu André Luiz. Federación Espírita Española. Capitulo 47.