Indagación Oportuna

"Y les Dijo: - ¿Vosotros recibistei s al Espíritu Santo cuando creísteis?" ­ (ATOS, 19:2.)

La pregunta apostólica vibra aun en todas las direcciones, con la mayor oportunidad, en los círculos del Cristianismo.

En todas partes, hay personas que comienzan a creer, en las más variadas situaciones.

Aquí, alguien acepta aparentemente el Evangelio para ser agradable a las relaciones sociales.

Allí, un indagador procura el campo de la fe, intentando acertar problemas intelectuales que considera importantes.

Allá, un enfermo recibe el socorro de la caridad y se declara seguidor de la Buena Nueva, guiándose por las impresiones del alivio físico.

Mañana, todavía, resurgen tan insatisfechos y tan desesperados como antes.

En las aglomeraciones del Espiritismo, tales fenómenos son frecuentes.

Encontramos gran numero de compañeros que se afirman personas de fe, por haber identificado la sobre vivencia de algún pariente desencarnado, porque se libraron de algún dolor de cabeza o por que obtuvieron solución para ciertos problemas de lucha material; con todo, mañana prosiguen dudando de los amigos espirituales y de los médium respetables, acogen nuevas enfermedades o se pierden a través de nuevos laberintos del aprendizaje humano.

La interrogación de Paulo continua llena de actualidad.

¿Qué especie de espíritu recibimos en el acto de creer en la orientación de Jesús? ¿El de la fascinación? ¿El de la indolencia? ¿El de la pesquisa inútil? ¿O el de la reprobación sistemática a las experiencias de los otros?

Si no abrigamos el espíritu de santificación que nos mejore y nos renueve para el Cristo, nuestra fe representa frágil fuego, susceptible de apagarse al primer golpe de viento.

XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 14.