No Te Perturbes

"Y el mandamiento que era para la vida, hallé yo que me era para la muerte." ­ Paulo (ROMANOS, 7:10.)

Si preguntásemos al gran trigo que opinión alimenta acerca del molino, naturalmente respondería que dentro de el encuentra la casa de tortura en donde se aflige y sufre; no en tanto, es de allá que el se ausenta primoroso para la gloria del pan en la subsistencia del mundo.

Si preguntamos a la madera, con respecto al serrucho, informaría que en el identifica al verdugo de todos los momentos, para dilacerarle las entrañas; todavía, bajo el patrocinio del supuesto verdugo, se hace delicada y útil para servir actividades siempre más nobles.

Si consultáramos a la piedra, con alusión al buril, cierto esclarecería que descubrió en el detestable perseguidor de su tranquilidad, para herirla, despiadado, día y noche; entre tanto, es de golpes por lo que se eleva a los tesoros terrestres, perfeccionada y brillante.

Así, el alma. Así, la lucha.

Pedimos el parecer del hombre, en cuanto a la carne, y pronunciaría tal vez mil improperios. Oigámoslo sobre el dolor y registraremos viejos disparates verbales. Le solicitamos que se exprese con referencia a la dificultad, y derramará hiel y llanto.

Con todo, es imperioso reconocer que del cuerpo disciplinado, del sufrimiento purificador y del obstáculo asfixiante, el espíritu resurge siempre más cambiado, más robusto y más esclarecido para la inmortalidad.

No te perturbes, pues, ante la lucha, y observa.

Lo que te parece derrota, muchas veces es victoria. Y lo que se te figura a favor de tu muerte, es contribución para tu engrandecimiento en la vida eterna.

XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 16.