Apacienta

"Apacienta a mis ovejas."Jesús. (JUAN, 21:17.)

Significativo es la apelación del Divino Pastor al corazón amoroso de Pedro para que continuase el apostolado.

Observando en la Humanidad su inmenso rebaño, Jesús no recomienda medidas drásticas a favor de la disciplina compulsoria.

Ni gritos, ni insultos.

Ni cadena, ni fuerza.

Ni látigo, ni vara.

Ni castigo, ni imposición.

Ni abandono a los infelices, ni flagelación a los extraviados.

Ni lamentación, ni desespero.

"¡Pedro, apacienta a mis ovejas!"

Eso equivale a decir: - Hermano, sustenta a los compañeros más necesitados que tu mismo.

No te desanimes ante la rebeldía, ni condenes el error, del cual la lección benéfica surgirá después.

Ayuda al prójimo, en vez de castigarlo.

Educa siempre.

Revélate por el trabajador fiel.

Se exigente para contigo mismo y ampara a los corazones enfermizos y frágiles que te acompañan en los pasos.

Si plantases el bien, el tiempo se encargará de la germinación, del desenvolvimiento, de la floración y del fructificación, en el instante oportuno.

No analices, destruyendo.

El inexperto de hoy puede ser el mentor de mañana.

Alimenta la "Buena parte" de tu hermano y sigue para delante. La vida convertirá el mal en detritos y el Señor ara el resto.

XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 19.