Si Supiésemos

"Padre perdónales, porque no saben lo que hacen..." ­ Jesús. (LUCAS, 23:34.)

Si el homicida conociese, de antemano, el tributo del dolor que la vida le cobrará, en el reajuste de su destino, preferiría no tener brazos para dar cualquier golpe.

Si el calumniador pudiese eliminar la costra de sombra que le enloquece la visión, observando el sufrimiento que le espera en el acierto de cuentas con la verdad, paralizaría las cuerdas vocales o inmovilizaría la pluma, con el fin de no confiarse para la acusación impropia.

Si el desertor del bien consiguiese entrever las peligrosas celadas con que las tinieblas le quitaron la alegría de vivir, se detendría feliz, bajo las esposas santificantes de los más pesados deberes.

Si el ingrato percibiese la hiel de la amargura que le invadirá, más tarde, el corazón, no perpetraría el delito de la indiferencia.

Si el egoísta contemplase la soledad infernal que lo aguarda, nunca se apartaría de la práctica infatigable de la fraternidad y de la cooperación.

Si el glotón, divisase los desequilibrios para los cuales se encamina el propio cuerpo, apresando la marcha para la muerte, rendiría culto invariable a la moderación y a la armonía.

Si supiésemos cuan terrible es el resultado de nuestro incumplimiento a las Leyes Divinas, jamás nos apartaríamos del camino recto.

Perdona, pues, a quien te hiere y calumnia...

En verdad, cuantos se rinden a las sugestiones perturbadoras del mal, no saben lo que hacen.

XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 38.