Servir Es Marchar

"Por tanto, torne a levantar las manos cansada s y las rodillas descoyuntadas." ­ Paulo. (HEBREOS, 12:12.)

Si es difícil la producción del fruto sano en la labor común, para que no falte el pan del cuerpo a los graneros del mundo, es casi un sacrifico el servicio de adquisición de los valores espirituales que significan el alimento vivo e imperecible del alma.

Se planta la simiente de la buena voluntad, más mil obstáculos perjudican su germinación y crecimiento.

Es el torrente de futilidades de la vida inferior.

La invasión de gusanos simbolizados en los aborrecimientos de toda suerte.

La llama de la envidia y del despecho.

Las tormentas de la incomprensión.

Los granizos de la maldad.

Los detritos de la calumnia.

La canícula de la responsabilidad.

El frió de la indiferencia.

La sequedad del desatendimiento.

El escalracho de la ignorancia.

Las nubes de las preocupaciones.

El polvo del desencanto.

Todas las fuerzas imponderables de la experiencia humana como se conjugan contra aquel que desea avanzar en el derrotero del bien.

En cuanto no alcanzamos la herencia divina a la que somos destinados, cualquier declive es siempre fácil...

La elevación, sin embargo, es obra de sudor, persistencia y sacrificio.

No renuncies ante la lucha, si realmente ya puedes interesar el corazón en los climas superiores de la vida.

No obstante enfrentado por toda clase de dificultades, sigue adelante, ofreciendo al servicio de la perfección cuanto poseas de noble, bello y útil.

Recuerda el consejo de Paulo y no te pares.

Mueve las manos cansadas para el trabajo y yergue los ojos desajustados, en la certeza de que para la obtención de lo mejor parte en la vida es preciso servir y caminar, incesantemente.

XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 52.