Candela Viva

"Nadie enciende una candela y la coloca debajo del celemín, más si en el velador, y así alumbra a los que están en la casa." ­ Jesús. (Mateo, 5:15.)

Muchos aprendices interpretan semejantes palabras del Maestro como llamamiento a la divulgación sistemática, y se desvarían a través de vehementes discursos en todas partes. Otros admitirán que el Señor les impugna la obligación de violentar a los vecinos, a través de propaganda compulsoria en la creencia, según el punto de vista que le es particular.

En verdad el sermón edificante y el auxilio fraterno son indispensables en la extensión de los beneficios divino en la fe.

Sin la palabra, es casi imposible la distribución del conocimiento. Sin el amparo hermano, la fraternidad no se concretiza en el mundo. La asertiva de Jesús, todavía, atiende más allá.

Atendamos al símbolo de la candela. La claridad en la lámpara consume fuerza o combustible.

Sin el sacrificio de la energía o del óleo no hay luz.

Para nosotros, aquí, el material de manutención es la posibilidad, el recurso, la vida.

Nuestra existencia es candela viva.

Es un error lamentable desperdiciar nuestras fuerzas, sin provecho para nadie, bajo la medida de nuestro egoísmo, de nuestra vanidad y de nuestra limitación personal.

Coloquemos nuestras posibilidades a disposición de nuestros semejantes.

Nadie debe almacenar las ventajas de la experiencia terrestre solamente para si. Cada espíritu provisoriamente encarnado, en el círculo humano, goza de inmensas prerrogativas, en cuanto a la difusión del bien, si persevera en la absorbencia del Amor Universal.

Predica, pues, las revelaciones de lo Alto, haciéndolas más hermosas y brillantes en tus labios; insta con los parientes y amigos para que acepten las verdades imperecibles; más, no olvides que la candela viva de iluminación espiritual es la perfecta imagen de ti mismo.

Transforma tus energías en bondad y comprensión redentoras para toda la gente, gastando, para eso, el óleo de tu buena voluntad, en la renuncia y en el sacrificio, y tu vida, en Cristo, pasará realmente a brillar.

XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 81.