Más Allá de Los Otros

"¿No hacen los publícanos también lo mismo?" ­ Jesús. (MATEO, 5:46.)

Trabajar en el horario común irreprensiblemente, cuidar de los deberes domésticos, satisfacer exigencias legales y ejercitar la corrección del proceder, haciendo lo bastante en la esfera de las obligación ineludibles, son tareas peculiares a creyentes y no creyentes en la senda diaria.

Jesús, con todo, espera algo más del discípulo

¿Correspondes a los impositivos del trabajo diurno, creando coraje, alegría y estimulo, alrededor de ti?

¿Sabes improvisar el bien, donde otras personas se muestran infructíferas?

¿Aprovechas, con éxito, el material que otro despreció por inútil?

¿Aguardas, con paciencia, donde otros desesperan?

¿En la posición de creyente, conservas el espíritu de servicio, donde los descreyentes congelo el espíritu de acción?

¿Participas de la alegría de tus amigos, sin envidia y sin celos, y participas del sufrimiento de tus adversarios, sin falsa superioridad y sin alarde?

¿Qué das de ti mismo en el ministerio de la caridad?

Garantizar la continuidad de la especia, revelar utilidad general y adaptarse a los movimientos de la vida son característicos de los propios irracionales.

El hombre vulgar, de muchos milenios para acá, viene comiendo y bebiendo, durmiendo y haciendo sin diferencias fundamentales, en el orden colectivo. De veinte siglos a esta parte, todavía, bendecida luz resplandece en la Tierra con las enseñanzas de Cristo, convidándonos a escalar las cimas de la espiritualidad superior. No todos lo perciben, aun, no obstante envolver a todos. Más, para cuantos se felicitan en sus bendiciones extraordinarias, surge el desafió, del Maestro, preguntando sobre lo que de extraordinario estamos haciendo.

XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 96.