Renovémonos Día a Día

"... Transformaos por la renovación de vuestra mente, para que probéis cual es la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios." ­ Pablo. (ROMANOS, 12:2)

No adelanta la transformación aparente de nuestra personalidad con la forma exterior.

Más títulos, más recursos financieros, más posibilidades de confort y mayores consideraciones pueden ser simples agravios de responsabilidad.

Renovémonos por dentro.

Es preciso avanzar en el conocimiento superior, aun mismo que la marcha nos cueste sudor y lágrimas.

Aceptar los problemas del mundo y superarlos a fuerza de nuestro trabajo y de nuestra serenidad, es la formula justa de adquisición del discernimiento.

Dolor y sacrificio, aflicción y amargura, son procesos de sublimación que el Mundo Mayor nos ofrece, con el fin de que nuestra visión espiritual sea acrecentada.

Felicidades materiales acostumbran entorpecernos la mente, cuando no sabemos vencer los peligros fascinantes de las ventajas terrestres.

Renovemos nuestra alma, día a día, estudiando las lecciones de los vanguardistas del progreso y viviendo nuestra existencia bajo la inspiración del servicio incesante.

Apliquémonos para la construcción de la vida equilibrada, donde estemos, más no nos olvidemos de que solamente por la ejecución de nuestros deberes, en la concretización del bien, alcanzaremos la comprensión de la vida, y, con ella, el conocimiento de la "perfecta voluntad de Dios", a nuestro respecto.

XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 107.