Poseemos Lo Que Damos

"Es más bueno y venturoso dar que recibir." ­ Pablo. (Hechos, 20:35.)

Cuando alguien se refiere al pasaje evangélico que considera la acción de dar más alta bienaventuranza que la acción de recibir, casi todos los aprendices de la Buena Nueva se acuerdan de la palabra dinero.

Sin duda, reportándonos a los bienes materiales, hay siempre más alegría en ayudar que es ser ayudado, con todo, es imperioso no olvidar los bienes espirituales que, irradiados de nosotros mismos, aumentan el tenor y la intensidad de alegría en torno a nuestros pasos.

Quien da recoge la felicidad de ver la multiplicación de aquello que dio.

Ofrece la gentileza y recogerás la plantación de la fraternidad.

Extiende la bendición del perdón y fortalecerás la justicia.

Administra la bondad y tendrás el crecimiento de la confianza.

Da tu buen ejemplo y garantizarás la nobleza del carácter.

Los recursos de la Creación son distribuidos por el Creador con las Criaturas, a fin de que en donación permanente se multipliquen al infinito.

Serás ayudado por el Cielo, conforme estés ayudando en la Tierra.

Poseemos aquello que damos.

No te olvides, pues, de que es eres mayordomo de la vida en que te encuentras.

Cede al prójimo algo más que el dinero que puedas disponer. Da también tu interés afectivo, tu salud, tu alegría y tu tiempo y, en verdad, entrarás en la posesión de los sublimes dones del amor, del equilibrio, de la felicidad y de la paz, hoy y mañana, en este mundo y en la vida eterna.

XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 117.