No Te Canses

"No nos de sanimemos de hacer el bien, pues, a su tiempo segaremos si no de sfallecemos." ­ Pablo. (GALATAS, 6:9)

Cuando el buril comenzó a herir el bloque de mármol embrutecido, la piedra, en desesperación, clamó contra el propio destino, más después, al percibirse admirada, encarnando en una de las más bellas concepciones del mundo, alabó al cincel que la dilacerara.

La lagartija se arrastraba con extrema dificultad, y, viendo a las flores tocadas por la belleza y el perfume, se revolvió contra el cuerpo deforme; con todo, un día, la masa viscosa en que se afligía se convirtió en las alas de graciosa y ágil mariposa, y, entonces, enalteció el feo cuerpo con que la Naturaleza le preparaba el vuelo feliz.

El hierro encarnado, colocado en la bigornia, se espantó y sufrió, inconforme; todavía, cuando se vio desempeñando importantes funciones en las maquinas del progreso, sonrió reconocidamente por el fuego que le purificara y le engrandeciera.

La simiente en la cueva oscura lloro, atormentada, e indago por que motivo era confiado; así, al extremo abandono; entre tanto, viéndose en si transformada en arbusto, avanzó para el Sol y se hizo feliz árbol respetado y generoso, avanzando para la tierra que la aislara en su seno.

No te canses de hacer el bien.

Quien hoy no te comprende la buena voluntad, mañana te alabará la dedicación y el esfuerzo.

Jamás te desesperes, y auxilia siempre.

La perseverancia es la base de la victoria.

No olvides que segarás, más tarde, en tu labor de amor y luz, más solo alcanzarás la divina cosecha si caminas por delante, entre sudor y la confianza, sin nunca desfallecer.

XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 124.