No Rechacéis La Confianza

"No rechacéis, pues, vue stra confianza, que tiene tan grande y voluminoso galardón." ­ Pablo. (HEBREOS, 10:35.)

No lances fuera la confianza que te alimenta el corazón.

Muchas veces, el progreso aparente de los impíos desanima el fervor de las almas tibias.

La virtud vacilante retrocede ante el vicio que parece victorioso.

Se oprime el creyente frágil, ante el malicioso que se destaca, aureolado de loores.

Todavía, si aceptamos a Jesús como nuestro Divino Maestro, es preciso recibir el mundo como a nuestro educador.

Y la escuela nos revela que la peregrinación carnal es simple estado del espíritu en el campo inmenso de la vida.

Todos los siglos tuvieron soberanos dominadores.

Muchos se erigieron en pedestales de oro y poder, al precio de sangre y de lagrimas de sus contemporáneos.

Muchos ganaron batallas de odio.

Otros monopolizaron el pan.

Algunos comandaron la vida política.

Otros adquirieron el temor popular.

Entre tanto, pasaron todos... Por premio terrestre las laboriosas empresas a que se consagraron, recibieron apenas el sepulcro fastuoso en donde sobresalen en la casa fría de la muerte.

No rechaces la fe por el pasaje educativo en la Tierra que te impone en la visión cuadros aflictivos en el juego de las convenciones humanas.

¡Acuérdate de la inmortalidad ­ nuestra divina herencia!

¡Por donde fueras, conduce tu alma como fuente preciosa de comprensión y servicio! ¡Donde estuvieras, se generoso, optimista y diligente en el bien!

La carne solo es apenas tu vestido.

Lucha y esmérate, trabaja y realiza con Cristo, y aguarda, confiando, el futuro, con la certeza de que la vida de hoy te espera, siempre rigurosa, mañana.

XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 128.