Sigámoslo

"Aquel que me sigue no andará entre tinieblas." ­ Je sús. (JUAN; 8:12.)

Hay quien admira la gloria de Cristo. Más la admiración pura y simple puede transformarse en éxtasis inoperante.

Hay quien cree en las promesas de Jesús. Todavía, la creencia por si sola puede generar el fanatismo y la discordia.

Hay quien defiende la revelación de Jesús. Entre tanto, la defensa consideradamente puede generar el sectarismo y la ceguera.

Hay quien confía en el Divino Maestro. Con todo, la confianza paralizada puede ser una fuerza inerte.

Hay quien espera por el Eterno Benefactor. No en tanto, la expectativa sin trabajo puede ser ansiedad inútil.

Hay quien alaba al Salvador. Alabar exclusivamente, sin embargo, puede coagular la adoración improductiva.

La palabra del Enviado Celeste, entre tanto, es clara e incisiva: - "Aquel que me sigue no andará en las tinieblas:"

Si te aficionaste al Evangelio no te sitúes por fuera del servicio cristiano.

Procuremos al Señor, siguiéndole los pasos.

Solamente así, estaremos con Cristo, recibiéndoles la excelsa luz.

XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 166.