Entre La Cuna Y El Túmulo

"No atendiendo nosotros en las cosa s que se ven, más que en las que se ven, porque la s que se ven son temporales y la s que no se ven son eterna s." ­ Pablo. (II CORINTIOS, 4:18.)

La flor que vemos en breve pasa, más el perfume que desprende enriquece la economía del mundo.

El monumento que nos deslumbra sufrirá insultos del tiempo, con todo, el ideal invisible que lo inspiró brilla, eterno, en el alma del artista.

La Acrópolis de Atenas, admirada por millones de ojos, va desapareciendo, poco a poco, entre tanto, la cultura griega que la produjo es inmortal en la gloria terrestre.

La cruz que el pueblo impuso a Cristo era un instrumento de tortura visto por todos, más el espíritu del Señor, que nadie lo ve, es un sol creciendo cada vez más en el paisaje de los siglos.

No te apegues demasiado la carne transitoria.

Mañana, la infancia y la mocedad del cuerpo serán madurez y belleza de la forma.

La Tierra que hoy te retiene será en el futuro inevitablemente dividida. Adornos de los que te enorgulleces presentemente serán polvo y cenizas. El dinero que ahora te sirve pasará después a manos diferentes de las tuyas.

Usa aquello que ves, para atesorar lo que aun no puedes ver.

Entre la cuna y el túmulo, el hombre detienen el usufructo de la tierra, con el fin e perfeccionarse.

No te agarres pues, a la engañosa corteza de los seres y de las cosas. Aprendiendo y luchando, trabajando y sirviendo con humildad y paciencia en la construcción del bien, acumularás en tu alma las riquezas de la viada eterna.

XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 168.