Rotulación

"Más quien no posee en espíritu a Cristo, ese no es de el." ­ Pablo. (ROMANOS, 8:9.)

La rotulación no tranquiliza.

Procuremos la esencia.

Hay alabanzas en memoria de Cristo, en muchos estandartes que estimulan la animosidad entre hermanos.

Hay símbolos de Cristo, en numerosos tribunales, que, en muchas ocasiones, apenas exaltan la injusticia.

Hay preciosas referencias a Cristo, en voces altamente catalogadas de la cultura terrestre, que, en nombre del Evangelio, procuran extender la miseria y la ignorancia.

Hay juramentos por Cristo, a través de conversaciones que constituyen vastos corredores en dirección a las tinieblas.

Hay invocaciones verbales al Cristo, en operaciones puramente comerciales, que son oscuros atentados a la armonía de la conciencia.

Meditemos en la extensión de nuestros deberes morales, en el círculo de las responsabilidades que abrazamos con la fe cristiana.

Jesús permanece en imágenes, carteles, banderas, medallas, adornos, cánticos, poemas, narrativas, discursos, sermones, estudios y contiendas , más eso es muy poco si no le pusimos la enseñanza viva, en la conciencia y en el corazón.

Es siempre fácil exteriorizar el entusiasmo y convicción, con palabras brillantes y frases bien hechas.

Preservémonos, sin embargo, contra el peligro del simple rotulage. Como el apóstol, no nos olvidemos de que, si no poseemos el Espíritu de Cristo, de el nos hayamos aun considerablemente distantes.

XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 170.