Riqueza Para El Cielo
"Juntad te soros para el cielo..." Jesús. (MATEO, 6:20.)
Quien se aflige indebidamente, al ver el triunfo y la prosperidad de muchos hombres impiadosos y egoístas, en el fondo da muestras de envidia, revuelta, ambición y desesperanza. ¡Es preciso que así no sea!
¿Al final, quien puede decir que retiene las ventajas de la Tierra, con el debido merecimiento?
Si observamos hombres y mujeres, despojados de cualquier escrúpulo moral, teniendo valores transitorios del mundo, tengamos, al revés, pena de ellos.
La palabra de Cristo es clara y sin sofismas. "Adjunte tesoros en el cielo" nos dice el Señor.
Eso quiere decir "acumulemos valores íntimos para comulgar con la gloria eterna"
Efímera será siempre la galería de evidencia carnal.
Belleza física, poder temporal, propiedad pasajera y fortuna amonedada pueden ser simples atributos de la mascara humana, que el tiempo transforma, infatigable.
Almacenemos bondad y cultura, comprensión y simpatía.
Sin el tesoro de la educación personal es inútil nuestra penetración en los cielos, por cuanto estaríamos huérfanos de sintonía para corresponder a las llamadas de la Vida Superior.
Crezcamos en la virtud e incorporaremos la verdadera sabiduría, porque mañana serás visitado por la mano liberadora de la muerte y poseerás tan solamente las cualidades nobles o envilecedoras que hubieras instalado en ti mismo.
XAVIER, Francisco Cândido. Fuente Viva. Por el Espíritu Emmanuel. FEB. Capitulo 177.